Estas tres emociones básicas tan importantes son las que menos nos gusta sentir, y precisamente nos aportan una información muy valiosa y exclusiva para cada uno de nosotros. Aunque no existe consenso al 100% entre los expertos a la hora de establecer un número de Emociones Raíz, o básicas, la realidad es que la clasificación más común es considerar seis emociones simples y un número mayor de emociones compuestas, y, en el trabajo de la gestión emocional consciente, nos ayudamos de esas seis para simplificar. Serían el Asco, la Sorpresa, el Miedo, la Tristeza, la Alegría y la Ira. En las sesiones que realizo las problemáticas son la Tristeza, el Miedo/Ansiedad y el Enfado/Ira, de modo que vamos a analizarlas a continuación.
Emociones que no nos gustan
Lo primero que hay que aclarar es que las emociones son un recurso evolutivo valiosísimo al que no sabemos sacarle todo el potencial. Los primeros signos emocionales son sutiles, y si no les hacemos caso, se van acumulando, de modo que, o bien esa emoción va aumentando de intensidad, o va invadiendo otras áreas de nuestra vida hasta que se hace insostenible seguir ignorándola. En otro artículo anterior hablo de la Rueda de las Emociones: https://anabelmarin.com/?p=2579&preview=true
Todo ser humano, y todo ser vivo, tiende a acercarse a lo agradable y a alejarse de lo desagradable, por pura supervivencia, es lo que llamamos en Coaching el Principio de Dolor y Placer. Como no entendemos la información tan importante que nos traen el miedo, la tristeza y el enfado, resulta que cada vez que vienen esas emociones solemos rebajar su intensidad con alguna actividad (comer, beber, salir, comprar, etc ), o tratamos de pasar a sentirnos mejor inmediatamente sin detenernos a escuchar ese mensaje que esa emoción trae consigo.
La Tristeza
Es la gran incomprendida. Nadie nos enseña en casa ni en el colegio que la tristeza forma parte de la vida normal, que sin tristeza no puede haber alegría de verdad, y que existe para que podamos gestionar la pérdida. Perdemos cosas, personas, expectativas constantemente, y la Tristeza está ahí para que te des cuenta de eso que has perdido y puedas valorar si tu expectativa era realista o no, o para que puedas liberar esa emoción tan intensa cuando un ser querido te deja, ya sea porque desaparece de tu vida o porque muere. La pregunta que tienes que contestar para gestionar la Tristeza es : Qué he perdido. Una vez que respondas, el siguiente paso a dar es analizar si tu expectativa era demasiado alta, o en caso de fallecimiento o ruptura sentimental, pasar el duelo correspondiente con todas sus fases.
El Enfado
Otra gran incomprendida. Cuántas personas me encuentro en las sesiones que nunca se enfadan o por el contrario que siempre están enfadadas. Ambos extremos son perjudiciales y tienen génesis muy distintas, asociadas a decisiones inconscientes en momentos de inmadurez emocional como la infancia y adolescencia. El enfado existe para defenderte de las agresiones. Pero, aquí el meollo es qué consideras tú una agresión, porque hay casos en que nos agreden descaradamente, otras de manera sibilina y otras en que nuestro concepto de falta de respeto es muy personal y rígida, pensemos en la, por desgracia, típica trifulca de bar en que alguien se encara con otra persona porque le ha “mirado mal”; En qué mundo vive esa persona donde mirar es un motivo para agredir. La gestión consciente del enfado es posible en sus primeros estadios, porque como se acumule, esta emoción es explosiva y muy difícil de modular cuando es intensa, de modo que el primer paso es detectar cuando algo nos molesta. Estar atentos a esa sensación que nos hace darnos cuenta de que no nos ha gustado una frase, o un gesto de un amigo, o conocido o familiar o pareja, y analizar qué es eso que nos molesta, si es algo con lo que yo soy especialmente rígido, lo cual nos va a traer bastantes enfados gratuitos, y en caso de que nos parezca racional, pues comunicarlo a esa persona es lo más asertivo. Acordémonos de que la comunicación asertiva es decir las cosas desde el respeto, sin elevar el tono y sin insultar ni criticar la identidad del otro, pero decirlo, y además a la persona involucrada.
El Miedo/Ansiedad
Esta sí que es una pandemia de las buenas. Millones de personas en el planeta están medicadas con ansiolíticos. El Miedo es una emoción de supervivencia presente en muchos animales, incluidos los insectos, aunque la complejidad en nuestra especie es infinitamente mayor debido al cerebro que poseemos, unido a nuestro sistema neuroendocrino. Dos estructuras subcorticales están relacionadas con la memoria emocional, la Amígdala y el Hipocampo, ambas bilaterales. Interviene también la corteza prefrontal, donde se integra información de otras áreas corticales que reciben a su vez aferencias procedentes de la vista, oído y sistema neuromuscular, además de la información olfativa procedente del Tálamo. Es el área de la toma de decisiones. En décimas de segundo nuestra Amígdala envía el mensaje de que algo es una amenaza en base a experiencias desagradables anteriores, de manera que antes de que nuestro córtex prefrontal analice la situación nuestro organismo ya está en alerta. El Miedo provoca respuesta de ataque o huida. La cuestión es que tenemos que distinguir conscientemente entre miedo real y miedo imaginario, porque para nuestro organismo la sensación es la misma. Miedos imaginarios son los que pueden venir pero no han llegado: miedo a perder el trabajo, miedo a enfermar, miedo al miedo… un largo etcétera que nos hace vivir en estado de tensión emocional crónica y que es muy perjudicial para nuestra salud. El Miedo hay que identificarlo, ponerle nombre y apellidos, acotarlo, diseccionarlo y luego, una vez que sabemos a qué miedo nos enfrentamos, decidir qué hacemos para prepararnos mejor, y buscar posibles soluciones. En el ejemplo del miedo a perder el trabajo: analizar si esa posibilidad es real, en qué grado y porcentaje, y si supera el 50%, por ejemplo, pensar en una estrategia y prepararte para lo que pueda venir. La pregunta buena aquí sería: Cómo puedo hacer para, en caso de quedarme sin trabajo, poder encontrar otro cuanto antes. Es muy interesante comprobar que en cuanto emprendas acción, tu miedo se rebajará considerablemente.
Foto de Kat Smith: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-sosteniendo-su-cabeza-551588/